El Poder de Ser Uno Mismo en un Mundo de Etiquetas

En Divergente, una voz fuera de la muralla nos revela que la humanidad, en su búsqueda desesperada por sobrevivir, ha diseñado un experimento. Un experimento que busca recuperar lo que alguna vez fue esencial en nosotros: nuestra humanidad. En este mundo ficticio, las facciones se crearon para mantener la paz, pero en el proceso, limitaron a las personas a roles específicos, reduciéndolos a meras etiquetas. Sin embargo, algunos individuos son capaces de trascender estas limitaciones; son los divergentes, aquellos que no encajan en ninguna facción y que, según la historia, son la clave para la supervivencia de la humanidad.

¿Cómo he sentido este mensaje en mí?

El experimento de la vida y de la humanidad. Recuperar nuestra humanidad significa ser nosotros mismos, permitirnos sentirnos vulnerables, sensibles, y mostrarnos tal como somos. Las facciones no son más que lo que se supone que debemos ser, hacer; son como las profesiones que nos etiquetan y limitan. Ser "electricista" solo te encasilla, pero somos mucho más que eso. Trascender estas facciones significa, para mí, trascender la realidad que nos rodea, la vida "normal": levantarse, ir al trabajo, volver, cenar. Trascender es darse cuenta del poder que tenemos como individuos en esta sociedad, en esta humanidad. Es sentir que somos algo más que seres que vivimos el día a día. Trascender es elevarse.

Los divergentes son las personas que han venido a la Tierra para traer, ofrecer, mostrar amor, respeto, amabilidad, vulnerabilidad, sensibilidad por los seres humanos, los seres vivos, el universo, la vida, la creación. Los divergentes son esas personas "raras", que "no encajan", que son "ovejas negras", que no siguen la normalidad, que se sienten solas. Sin embargo, los divergentes son el verdadero propósito de este experimento. Es decir, dentro de la existencia, dentro del experimento que vivimos cada día, los divergentes son los seres por los cuales la humanidad puede elevarse. Porque en ellos se ve algo diferente, algo que los hace auténticos, y esa autenticidad inspira a la humanidad a querer sentirse así también, aunque dé miedo, aunque no sepamos quiénes somos, aunque no sepamos cómo hacerlo.

Ese es el propósito de esta vida: ser nosotros mismos, ser auténticos. Los divergentes son vitales para la supervivencia de la humanidad, porque son almas de luz que han sanado sus heridas, que aceptan que la vida está llena de momentos buenos y malos, de alegría y tristeza, de amor y vacío. Todo tiene cabida en la supervivencia de la humanidad. Son seres que han recorrido un largo camino, que se alegran por los logros de los demás, que no ven competencia a su alrededor, que sienten que forman parte de algo mucho más grande que ellos mismos, algo que han venido a traer y que es más importante que su propia existencia.

"Uno de ustedes es la prueba del éxito de nuestro experimento…" Existen divergentes entre nosotros. Los llamamos "raros" porque no encajan en ningún lugar, pero esas personas son precisamente las que la vida necesita. Y el propio experimento de la vida los honra por su capacidad de emerger a pesar de las dificultades, las limitaciones, las resistencias que han encontrado, por atreverse a sentirse diferentes. Han desafiado a la humanidad a darles voz, a unirse con las demás almas y sentirse en casa, a saber que están en el camino correcto, que están haciendo un trabajo increíblemente valiente, que no deben dejar de ser ellos mismos, que no deben dejar de luchar por su intuición, que solo deben escuchar su propia voz.

"La humanidad os aguarda con esperanza, más allá de la muralla." Esto significa que la humanidad necesita conocer a los divergentes, que necesita la paz que ellos pueden ofrecer, más allá de las creencias establecidas. Es hora de que los divergentes salgan a la luz y no se escondan solo para encajar, para romper esas murallas que ellos mismos y la sociedad han construido. Los divergentes no son los últimos de su especie, son la especie evolucionada. Son quienes van a cambiar el mundo, porque sienten que pueden ser muchas cosas en esta vida, y se niegan a ser solo una de ellas. No se sienten libres, sino encarcelados dentro de una sociedad que quiere que seamos ovejas, pero los divergentes son las ovejas negras, las que si todos van a la izquierda, ellos van a la derecha.

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